sábado, 26 de marzo de 2011

Qué chévere.



Lima y su gente me han acogido bien. Mis ojos sobrevuelan la ciudad desde el décimo piso, en la cuadra 45 de la Avenida Arequipa. Una cortina espesa de bruma tapa la ciudad en este momento, pero hay días con vistas espléndidas, de 360 grados si me muevo por el departamento. Desde aquí puedo contemplar la Huaca Pucllana, una estructura piramidal que data aproximadamente del 100 al 650 d.C. También se deja ver en alguna ocasión la Isla de San Lorenzo, allí a lo lejos alta y firme; es una islita que se encuentra en las orillas de Callao. La ciudad de Callao forma parte de la Lima metropolitana, ya que debido a la población del territorio ambas ciudades se anexionaron. Me encuentro en el barrio de Miraflores, un distrito conocido por ser uno de los más turísticos de Lima. Se puede descubrir todo aquí, es seguro e irradia una combinación extraña de esencias que me llenan de curiosidad. Las personas se amontonan en las calles, de acá para allá, parece que van sin rumbo y sin prisa.


El tráfico es terrible, el ruido a veces ensordecedor; el claxon suena y suena, sin parar. Las llamadas combis (microbuses asesinos) hacen carreras de velocidad en las calles, sin descanso. Los cobradores gritan los destinos sin pausa, en busca de algún despistado que no encuentre el camino que anda buscando. Empieza la aventura en ese preciso momento en el que decides subir a un combi (toda la Arequipa, Wilson, Tacna, Wilson, Arequipa, Arequipa!). Cierto desorden conmovedor.


La Universidad de Lima se ha volcado para conseguirnos todo lo que necesitamos. Hablo en plural porque somos unos veinte estudiantes de intercambio, y además hemos hecho buenas migas y estamos de acá para allá. Además de otros tantos encantadores seres que comparten momento bonitos, que nos ayudan a descubrir la Lima de verdad; para conocer lo que no es patrimonio exclusivo de nosotros los gringos. De momento he conocido algunas comidas que me estallan en la boca y me embriagan de sabor. He bailado en varios conciertos, y disfrutado de unas chelas frías frente al agitado Océano Pacífico. Me he soltado la melena con algunos pasitos de salsa, y estoy dispuesta a empezar un curso de danzas andinas. He conocido algo de historia actual peruana, información sobre el terrorismo en Perú desde los ochenta, fotos, películas y lo más importante, que son los testimonios.


Mañana salimos muy pronto en dirección a Iquitos, una ciudad que se encuentra en la orilla del Río Amazonas, al norte del Perú. Vamos a estar una semana en la selva, haremos un tour con unos guías recomendados y nadaremos entre pirañas. Comer caimán y probar gusanos son actividades que están previstas, adentrarnos en la selva para conocer la flora y la fauna.

Hakunamatata! :)

domingo, 13 de marzo de 2011

Nueva misión.

Sólo falta un día, y me voy. Otra vez el gusanillo en el estómago, lo amargo de las despedidas y el miedo de la cuenta atrás. Como de costumbre en los últimos días empiezo a tejer una trama que me lleva al mundo de la imaginación y me deja exhausta. Ahora se mezclan los sueños, ahora y por fin: empieza la acción.

Estos meses han sido cálidos a pesar del frío, el cobijo que me brindan los míos ha sido mágico. Volver a casa, a las rutinas y a la tranquilidad me ha dado fuerza, me ha dado ánimo, me ha dado mecha para seguir errando otra vez. No hay palabras para describir vuestra energía, vuestro buen entender y mucho escuchar. Todos y cada uno de vosotros, los de siempre, los que no os vais nunca, los que me dais serenidad. Éstos han sido cuatro meses de pausa positiva, tiempo de regar las plantas que a veces entre bambalinas dejo marchitar sin querer. A todos vosotros, mis tulipanes que ahora estáis grandes y coloridos, gracias por no dejar de regarme nunca

Los focos alumbran un nuevo escenario, la luz empieza a enfocar con nitidez a la ciudad de Lima; próximo destino. Estoy sola en el escenario pero me rodean muchos perfiles, todavía borrosos. Veo en esa trama mucho colorido, luz y magia. Y de momento hasta aquí puedo contar. Pronto vuelvo, y relato la historia de mi nuevo plan: aventuras peruanas.

Un, dos, tres: Acción!