Llevo unos días enredada en una espiral de la que no consigo salir. He decidido internarme en aguas profundas de la historia de América Latina, y me lleva a mundos fantásticos y a realidades estremecedoras.
He empezado a leer Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano, por fin. Tras distintas inmersiones en el terreno tanto físico como metafísico sobre el tema ahora las ideas van adoptando un orden y un sentido cada vez más claro. En las diversas expediciones sobre el terreno que he tenido la ocasión de vivir se me amontonaban las preguntas. Observar me daba el placer de percibir reproducciones que se me antojaban muy familiares y otras ante las que reaccionaba con cierta sorpresa. Hubo rabia y admiración, optimismo y tristeza; pero sobretodo cercanía.
Además he animado la entrada en el círculo latino leyendo la guía Lonely Planet de Perú. La historia de un país exuberante y ejemplar; que me va a dar en poco tiempo la oportunidad de conocerlo. La historia de un país plagado de maravillas, repleto de vida y que rebosó recursos naturales. Un terreno fértil y basto que albergó extensos asentamientos de humanos desde aproximadamente el 12.000 a.C.. Un territorio que puede presumir de ser un tesoro, un lugar rico en cultura, donde todavía persisten las tradiciones. Los incas vieron el esplendor de su civilización en tierras peruanas allá entre los siglos XII y XV; pero por allí ya habían pasado un sinfín de comunidades que habían ido dejando huella. La llegada de Pizarro marcó el inicio de un proceso devastador de persecución de los indígenas y expolio de los recursos.
Aquí es donde empieza la investigación, este es el punto que aborda Galeano. A partir de ahí empieza un verdadero ensayo maestro (hasta donde he leído), a partir del cual intenta deshacer el hilo tejido para revelar “los secretos” de la mal gestionada y egoísta incursión colonial. Aunque de antemano acepto que estoy asombrada con la lectura, dejo para cuando lo haya terminado la conclusión y la opinión.
Y ya para terminar, recomiendo una película relacionada con el tema: la nominada a los Óscar También la lluvia de Icíar Bollaín. Contrastes del pasado y el presente, que giran en torno a la misma idea: nos sigue aprisionando el mismo yugo. El antes estuvo marcado por el Oro, el ahora está marcado por los dólares: y ambos están marcados por la falta de principios y valores. Siempre existe alguno capaz de dar un paso atrás en el último momento, siempre hay alguien dispuesto a luchar. Salí de la sala esperanzada de ver que todavía existe quien se preocupa por algo por lo que vale luchar. El contexto es brillante, la lucha por el agua, el repudio a la privatización.
(la foto pertenece a los niños de la calle que estaban asistiendo al curso de verano en Mi Caleta en Quito, con el objetivo de evitar la explotación diaria en las calles de la ciudad. Haciendo mención a la primera parte del libro de Galeano: Ciento veinte millones de niños en el centro de la tormenta)
Que quede entre nosotros.